Entre los grandes de la política científica nacional, junto con Jorge Sabato y Oscar Varsavsky, sin duda alguna se encuentra Amílcar Herrera. Caseño de nacimiento y de profesión geólogo desde 1947. A su tesis de doctorado la hizo en la Patagonia, en los Yacimientos de Hierro de Sierra Grande, y fue en la Patagonia también donde realizó su obra maestra, el Modelo Mundial Latinoamericano, proyecto enmarcado en la Fundación Bariloche del cuál fue director.
Hoy, 23 de octubre de dosmilveinte, se cumplen 100 años del natalicio de Amílcar,y su obra mantiene plena vigencia en momentos donde el país está tratando de definir su política energética, política que se apoya tanto simbólica como materialmente, en el suelo argentino. Porque es del suelo donde se extraen los minerales que van a convertirse en el combustible que va a producir energía: eléctrica o térmica, convencional o sustentable, de todos los olores y colores.
Un repaso por su trayectoria
Desde 1947 hasta el ’54 realizó estudios geológicos y mineros en lo que luego se conoció como Banco Nacional de Desarrollo, llegando a ocupar la subjefatura de Crédito Minero. Fue docente en la Universidad Nacional de La Plata, donde a partir del ya mencionado 54 dictó los primeros cursos de Geología Económica. Por otro lado, su carrera docente la hizo mayormente en su universidad de origen, la Universidad de Buenos Aires, llegando a ser Profesor Titular el año de los bastones largos (1966) cuando la situación política nacional truncó esta carrera.
Junto con Félix González Bonorino fundó el Instituto Nacional de Geología y Minería, siendo Amílcar y Félix presidente y vicepresidente del mismo.
Luego de la trágica noche de Onganía, tuvo que exiliarse en Chile con su familia, pero el clima político en el país trasandino no era mucho menos espeso que el local, por lo que tuvo que regresar en el ’71. Fue durante el período iniciado por su retorno que escribió un clásico: Ciencia y Política en América Latina.
A partir de su segundo libro, Recursos Minerales de América Latina publicado en 1974, se abre un período en su vida vinculado a la Fundación Bariloche. Período corto pero prolífico: lo corto se debe a que el 24 de marzo de 1976 Argentina sucumbió a la dictadura mas cruenta de su historia y Amílcar tuvo que exiliarse nuevamente, esta vez de su país y su continente latinoamericano; lo prolífico debido a que Amílcar era un genio.
Un Modelo Mundial Surero
A principio de la década del 70’ los países del hemisferio norte empezaron a preocuparse por el posible agotamiento de los recursos naturales producto de la “superpoblación”. Como respuesta a esta problemática surgió un modelo matemático en Massachusetts: el World III. De este “mundo tercero” se propone como solución el control de la natalidad en los países del tercer mundo, una solución yanki para los problemas de los sureros.
Pero el héroe de esta nota, Amílcar, no se quedó de brazos cruzados y desde la Fundación Bariloche planteó junto con colaboradores de la talla del matemático Hugo Scolnik, el Modelo Mundial Latinoamericano. A diferencia de lo que decían algunos desde Roma, se entendia desde Bariloche que el mundo ya estaba atravesando una situación catrastófica, por lo tanto era menester corregir esa situación.
El Modelo Mundial Latinoamericano explicitó que pretendía lograr una sociedad igualitaria, tanto en cada nación como internacionalmente. El carácter innovador del modelo barilochense se vió reflejado en buscar maximizar la esperanza de vida al nacer. Y entre los logros de nuestro modelo, voy a tomarme el atrevimiento de decir nuestro, está el de demostrar que los obstáculos que se oponen a un desarrollo armónico de la humanidad no son físicos sino sociopolíticos. Además, halló que la mejor manera en que los países del norte global podrían ayudar a acelerar el crecimiento de los países en vías de desarrollo, era fijando precios equitativos para sus productos.
Veintitrés de octubre de dosmilveinte
Escribí esta nota como homenaje a un geólogo argentino, Profesor Titular de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires, quien fuera uno de los máximos referentes del Pensamiento Latinoamericano en Ciencia, Tecnología y Sociedad y hoy cumpliría 100 años.
Alex Müller Yane
xmulleryane@institutovarsavsky.org
REFERENCIAS
La Ménsula, Abril 2016, Año 9 – N°22